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Al igual que el aire y el agua, el suelo es un recurso no renovable y la base de la sociedad, ya sea para el desarrollo urbano, el suministro de viviendas o la protección del clima.

Desde la crisis financiera de 2008, los inversores en Alemania han invertido mucho en un mercado inmobiliario y del suelo internacionalizado y desregulado. El suelo se está convirtiendo en un producto del mercado financiero con el que los inversores financiarizados pueden crear capital ficticio. Como resultado, los precios del suelo, la propiedad y el alquiler suben masivamente.

Entre Spittelmarkt y Heinrich-Heine-Straße se puede encontrar un ejemplo de desarrollo urbanístico financiarizado. Desde 2009, los promotores levantan edificios residenciales de alta densidad en la antigua franja del Muro, que durante mucho tiempo se utilizó como espacio abierto artístico. Su objetivo no es crear espacios habitables, sino obtener beneficios: La urbanización multiplica varias veces el valor del suelo.

En un paseo entre Berlín-Mitte y Kreuzberg, la investigadora urbanística y profesora del Instituto de Urbanismo de la Universidad de Stuttgart Laura Calbet Elias explica cómo ha cambiado de manos la propiedad inmobiliaria en Berlín desde el año 2000, cómo los grandes inversores están forzando su entrada en el mercado y cómo esto está afectando a la actividad constructora y a la oferta de viviendas.

Este acto está financiado por el Fondo Cultural de la Capital.