Desde 1989, Schloss Britz presenta una exposición permanente sobre la cultura viva del periodo guillermino en cinco salas del ala izquierda del edificio. El mobiliario y la decoración originales transmiten vívidamente a los visitantes la vida y el estilo de vida de finales del siglo XIX.

La época del Gründerzeit comenzó en Alemania tras la guerra franco-prusiana de 1870/1871 y la fundación del Imperio alemán en 1871. Las enormes reparaciones que tuvo que pagar Francia por valor de unos 5.000 millones de francos beneficiaron en gran medida al mercado de capitales alemán. Este periodo estuvo marcado por la fundación de numerosas empresas y sociedades anónimas. Los ganadores de la bonanza económica fueron especialmente las clases medias.

Como resultado del enorme éxito económico, se desarrolló una euforia nacional y con ella una conciencia nacional alemana reforzada, que tuvo una influencia duradera en la cultura residencial burguesa. El historicismo en la arquitectura y las artes decorativas reflejaba la nueva confianza nacional en el esplendor de épocas pasadas, preferentemente las del Renacimiento y el Gótico. Se pensó en revivir un estilo de arte específicamente alemán, el "viejo alemán", sobre todo en el neorrenacimiento. La burguesía aspirante y adinerada quería mostrar su recién adquirida prosperidad, entre otras cosas, en la arquitectura representativa de la casa con una fachada ricamente decorada y un lujoso diseño interior del piso con muebles de alta calidad.