El pintor berlinés Hans Baluschek (1870-1935) desarrolló su pintura paralelamente a los movimientos artísticos desde el Impresionismo y el Expresionismo en el Imperio Alemán hasta la Nueva Objetividad en la República de Weimar. Siempre fue un pintor figurativo, por lo que sus cuadros se caracterizaban por una extraña construcción.

En exposiciones anteriores, Baluschek fue interpretado como un artista socialmente crítico que retrataba con veracidad la vida de la clase obrera berlinesa. Esto pasaba por alto el hecho de que sus cuadros son mucho más enigmáticos y están llenos de alusiones. Con referencias a la brujería, el espiritismo, el pensamiento oculto, el misticismo numérico y la astrología, sus cuadros contienen numerosas alusiones que apuntan a los diversos conceptos de principios del siglo XX de buscar una realidad detrás de la realidad aparente. A través de citas y referencias más o menos inequívocas, atrae constantemente al espectador hacia nuevas pistas, animándole a cuestionarse a sí mismo y a la realidad. Sin embargo, rara vez quiere que sus cuadros sean realmente descifrados.

La exposición "Códigos secretos. La pintura de Hans Baluschek releída" intenta un nuevo desciframiento de este enigmático pintor, que se describió a sí mismo como realista y fantasioso en un diálogo ficticio con un crítico de arte.