En la Villa Oppenheim, las obras de la Colección de Arte de Charlottenburg se exponen al público por primera vez en un solo lugar. La colección es principalmente el resultado de las compras de la Diputación de Charlottenburg para fines artísticos y de la fundación de la colección privada de arte Raussendorff.

En la colección están representados los artistas de la recién fundada Secesión de Berlín, que presentaron sus obras por primera vez en espectaculares exposiciones en Charlottenburg a partir de 1899, como Walter Leistikow, Franz Skarbina y Max Liebermann. Las obras seleccionadas de estos secesionistas modernos y sus sucesores fueron adquiridas por los diputados electos del ayuntamiento en sus estudios y talleres, así como en las grandes exposiciones de arte del nuevo ayuntamiento, donde se colgaron y expusieron en las salas representativas.

La extensa colección de arte del propietario de una fábrica berlinesa y mecenas Hugo Raussendorff (1832-1908) pasó a manos de la ciudad de Charlottenburg como fundación en 1912. En las salas de exposición de la planta superior también se puede contemplar una colección polifacética de pinturas, gráficos y esculturas que los donantes Antonie y Hugo Raussendorff habían expuesto anteriormente en su prestigiosa villa de la ciudad en Kurfürstendamm, con obras de Eduard Schleich, Franz von Defregger y Constantin Meunier. Esta presentación cohesionada de una colección de arte privada del siglo XIX es la única de este tipo en Berlín.

La joven ciudad de Charlottenburg estaba en el umbral del siglo XX: una ciudad en ascenso -en 1904 avanzó hasta convertirse en la más rica de Prusia-, paredes vacías en el ayuntamiento recién construido y plazas vacías en una ciudad en expansión. Un sinfín de artistas que acababan de llegar a vivir a Charlottenburg y, en la administración, hombres con mentalidad artística que tenían en mente no sólo el interés económico sino también la vida intelectual de la ciudad.