Los jardines siempre han sido lugares de recreo y edificación espiritual. Sin embargo, no sólo son un símbolo del paraíso perdido, sino que también reflejan las distintas condiciones sociales. En todas las épocas, los jardines servían para representar a sus propietarios, cuyos nombres suelen estar estrechamente asociados a los jardines. En cambio, los jardineros que participan en su creación y mantenimiento suelen ser menos conocidos por el público. Fueron sus amplios conocimientos en todos los ámbitos de la horticultura y el arte del jardín los que les permitieron acercarse al sueño del paraíso con la idea del jardín, su diseño artístico y su decoración.

El Museo del Jardinero de la Corte de Glienicke está, por tanto, dedicado a la profesión del jardinero de la corte y al espectro de sus actividades prácticas y teóricas. Los documentos y objetos expuestos en posesión de los jardineros de la corte ilustran las facetas del trabajo hortícola, desde el dibujo de planos y la medición hasta el cultivo de flores, describen las vías de formación y las oportunidades profesionales e ilustran su elevado estatus social.

La "Galería de jardineros de la corte prusiana" ofrece una visión general de las biografías y las obras en una recopilación de retratos e ilustraciones. En el salón del jardín del Palacio de Glienicke, las vedute de los siglos XVIII y XIX transmiten una vívida impresión del paisaje durante la vida de los jardineros de la corte.